Ayer tuve que acudir a uno de los ayuntamientos aquí en Tabasco pues debía realizar unos trámites. Hacía ya un par de años que no iba así que con la administración actual me esperaba una buena impresión. Pero NO fue así. Lo primero en observar fue en los cambios radicales en las oficinas. ¡¡¡ Estaban peor!!!
La imagen que las dependencias públicas ofrecen debe ser una de las preocupaciones de quienes están a su cargo. No es posible concebir que la ciudadanía presente opiniones negativas cuando lo que se busca es permanecer en el poder el mayor tiempo posible (y lo mejor posible, aunque esto ultimo no siempre es prioridad para los gobernantes).
Y la imagen en las oficinas e instituciones públicas no sólo se refiere a cómo se encuentran físicamente. La ambientación es parte importante en el diseño de una oficina. Es desagradable llegar y observar un aglutinamiento de cajas, archivos, por mencionar; o bien, encontrar espacios pequeños con varios escritorios y con sendas máquinas de escribir que sólo están de adorno porque no hay gente trabajando con ellas.
La iluminación no se queda atrás. El uso de los colores y la luz permite provocar ciertas sensaciones que pueden afectar positiva o negativamente a quienes se encuentren en cierto espacio. Posiblemente con la llamada austeridad se ha dado en colocar unas lámparas que apenas iluminan y hacen de las oficinas un lugar poco agradable para estar.
El recurso humano es también parte importante en la imagen pública a niveles institucionales. Anteriormente las secretarias y otro personal portaban uniformes (a muchas no les favorecía el color, pero ya pasó), pero en esta visita noté que fue otro de los cambios que la administración decidió realizar. Y quiero pensar que esto no es muy común en los ayuntamientos locales (espero no equivocarme).
Aunque los uniformes son estandarizados y pocas veces se da oportunidad de adaptarlos a las cualidades físicas de quienes lo portan, distinguen a cierta organización de otra. La adecuada selección en cuanto al tipo de uniforme, texturas, colores, cortes, pueden ofrecer una mejor imagen y permiten también ahorros al personal pues no tienen que estar comprando más ropa para estar presentables día a día en su trabajo.
Considero que el uniforme no tiene por que ser igual en cuanto al diseño. Cada uno de los miembros del personal debería adaptarlo según sus características físicas (tipo de cuerpo y personalidad) pues NO todos presentamos las mismas cualidades, por lo que un uniforme puede favorecer a unos mientras que a otros les irá fatal (lo cual se reflejará en su estado de ánimo y será percibido por quienes le rodean).
El protocolo o forma en que se recibe a los ciudadanos que acuden por diversos motivos a las oficinas públicas debe ser otro factor a considerar, pues actualmente dejan mucho que desear. No es posible que alguien de una comunidad rural sea recibido con cierta indiferencia y algún empresario se le den todas las facilidades. El trato debe ser igual pues a la hora de buscar el voto hasta de beso saludan a quienes no conocen. Debe haber un buen trato y una atención especial a cualquiera que acuda, sin importar de donde viene.
En sí, son algunos puntos que puedo reseñar de mi última visita a ese ayuntamiento. Espero que la próxima administración se ocupe en mejorar muchas de estas necesidades sin descuidar las necesidades sociales que mucha falta hace.