martes, 30 de junio de 2009

Hora de combatir la obesidad

Como es conocido, la obesidad es uno de los problemas de nutrición a nivel mundial, y aunque pareciera que esta enfermedad está relacionada con los países industrializados y con economías potenciales, la paradoja es que también se presenta en países subdesarrollados, donde los pocos recursos para la alimentación se gastan en productos con un aporte calórico alto, lo cual tiene influencia para desarrollar este padecimiento que afecta a millones de personas.
México no se ha quedado fuera de las naciones cuya población en su mayoría presenta niveles de obesidad altos, lo cual lleva a la pregunta: ¿por qué si la mayor parte de los habitantes forman parte del grupo en pobreza extrema, los indicadores revelan que existe sobrepeso y obesidad en el grueso poblacional? La respuesta más lógica sería: porque no existe una cultura relacionada con el cuidado de la salud, la correcta alimentación y el fomento del ejercicio, así como muchos otros factores.
La obesidad se ha posicionado como una enfermedad que involucra a su vez una relación estrecha con otros padecimientos del ser humano, pero esta no surge por sí sola. Algunas causas que dan origen a este mal son los siguientes: el sedentarismo, la alimentación inadecuada, poco gasto de energía, por mencionar algunas.
Es así, que conforme pasan los años, los malos hábitos se van arraigando más en las personas, lo cual desencadena un rechazo al ejercicio que permitan mantener el cuerpo saludable, en el peso adecuado según las características antropomórficas, la edad, el sexo e incluso el tipo de actividad que realice cada individuo.
Las anteriores son algunas de los elementos a considerar antes de iniciar un programa de ejercicio para controlar el estado de nuestro cuerpo, o bien, cuando el objetivo buscado es disminuir peso y tallas. Por ello, es importante acudir con un experto del área para determinar cuáles son las indicaciones básicas para no provocar un daño al cuerpo.
El ejercicio se posiciona así como uno de los pilares necesarios para el control de la obesidad. De su correcta práctica se pueden obtener buenos resultados, ya sea para prevenir, controlar o erradicar este problema de salud cuya afectación provoca problemas físicos, psicológicos y sociales a quienes la padecen.
Y sí, las enfermedades que origina la obesidad no sólo son las que afectan al funcionamiento del cuerpo. También se pueden presentar problemas como depresión y rechazo social, por ser “gorditos”, aunado a otros factores como el no entrar en los asientos del transporte, o no poder usar el tipo de ropa que tanto nos gusta pero que no “encontramos en la talla adecuada”.
La fatiga y cansancio al caminar o apenas moverse, el no poder recoger algo del piso, ni siquiera amarrarse las agujetas de los zapatos, son algunas de las muchas consecuencias del padecer obesidad. Y todo esto puede influir para que una persona se deprima y a la larga, lo orille a un suicidio.
Por eso el ejercicio, combinado con una alimentación balanceada y recomendada por un nutriólogo, no por una revista o un conocido, son las mejores alternativas para comenzar a combatir la obesidad. Pero para ello es necesario someterse a una evaluación médica, para establecer qué tipo de ejercicio se realizará, tomando en cuenta el estado de salud actual, el porcentaje de grasa, sobrepeso, la rutina y tiempo que se dedicará, pues si sólo se toma la decisión y no se evalúa, los efectos serán negativos o muy escasos según el objetivo deseado.
Asimismo, es muy recomendable no someterse a tratamientos “medicinales” que se observan en televisión, revistas o cualquier otro medio, pues estos, lejos de ayudarnos a mantener saludable el organismo, sólo permiten obtener resultados, quizá muy rápidos, pero a largo tiempo pueden provocar el llamado “rebote” o algún otro efecto que sea dañino para el cuerpo.
Finalmente, pues aunque muchos justifican que el ser gordito es sinónimo de felicidad, la realidad es que las personas prefieren rodearse de gente que a la vista se vea agradable, saludable y seguros de sí, lo cual, cuando se padece obesidad, puede influir para provocar un rechazo involuntario en el entorno social. Así, sólo puedo terminar citando el nombre de conocido programa: y tú, ¿cuánto quieres perder?

No hay comentarios:

Publicar un comentario